lunes, 1 de agosto de 2011

Tu olor



Empezaste lentamente a besarme el cuello, me giré y nuestros labio se rozaron y rozaron, hasta que me acostumbré a su sabor y ya no había quien nos separase. Tus manos dibujaban mi cuerpo y las mías se posaban en tu espalda, empujándote hacia mi con fuerza. No quería que te escaparas, y tú no querías irte. Poco a poco fuimos cayendo en el deseo, y ya no había vuelta atrás.

No sé si debió pasar, quizá me arrepienta, pero en ese momento en que las horas se hicieron minutos no me paré a meditar. Mis pensamientos estaban puestos en ti, en tu manera de besar.

Después tú decías sentirte mal, pero yo solo quiero que vuelva a ocurrir. Sentir de nuevo tus labios pegados a los míos, tus ojos mirándome, tu sonrisa... ¡qué decir de esa sonrisa! simplemente me cautiva, casi tanto como tu olor...
¿Es posible enamorarse del olor de una persona? Cuando te conocí empecé a formularme esa pregunta: tienes un aroma especial, un olor que me embriaga, de tal modo que hace que no pueda olvidarme de ti. Cada vez que lo recuerdo, algo pasa dentro de mi, algo que hace que la respiración se me acelere, y un escalofrío recorra mi cuerpo...



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