miércoles, 27 de julio de 2011

Let me be free... from you

''Te quiero'' susurraba en tu oído cada noche. Tan dulcemente que te enamorabas más de él.
Cada instante juntos era inolvidable. Sus brazos te estrechaban, haciéndote sentir su calor, su agradable calor... No querías separarte ni un segundo de él. Pero no todo iba tan bien...
Pasó el tiempo, y no podías seguir negando tu realidad: en contraposición a sus caricias estaban sus insultos, cada vez más frecuentes.

Al principio no le das importancia, pero, poco a poco, las palabras, como si de puñales se tratara, hieren.
Recuerdas ese sentimiento de culpabilidad que de ti se apoderaba cada vez que de su boca salian cuchillas en forma de palabras. Y ese dolor que se siente cuando las humillaciones son en público... ese dolor es incomparable...

Llega el día en que la situación te supera, y, solo entonces, sabes que no puedes seguir engañandote, no por más tiempo. Decides ponerle fin a ese sufrimiento, tan bien maquillado a ojos ajenos.
''No puedo seguir contigo, haces que me sienta mal'' Esas son tus palabras. Las suyas: ''Dame otra oportunidad, no te dañaré más''.
Entonces sacas todo tu valor para decir: ''No, no puedo más''
Él aprovecha entonces para, una vez más, tratarte como a un muñeco: ''Has cambiado'' Dice. ''Tú antes eras mejor, si quieres volver a ser buena persona, vuelve conmigo''.
Y, de nuevo, ese asqueroso sentimiento te inunda, desbordandose por tus ojos en forma de lágrimas.
En el último instante, un atisbo de valentía asoma por tus labios y se oye: ''No, ya se acabó''.




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