Y me entero pasada la hora
la hora que no acaba y aún sigue
que sigue viniendo y no llega:
la hora de tus ojos grises.
Me habla tu mirada de blancas memorias
memorias de mañana que aún no están hechas
aunque hechas de puros jazmines
jazmines y lirios, y claras y bellas.
Son palabras que hablan de calma
de calma que sonríe y calienta
y calienta mi corazón negro,
oscura víctima de tus tormentas.
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