Te miré y me enamoré.
Y cada palabra que de tu boca salía
sonaba más dulce
aún que la anterior;
Y cada mirada
que en mi posabas
más cálida era cada vez;
Y cada abrazo que me dabas
se me antojaba más cariñoso...
Pero nunca encontré
de entre tus escasos besos
tan solo uno sincero.
Y mientras tanto,
lanzo te quieros al aire,
te quieros mordaces,
sin saber, parece
bien lo que significan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario