lunes, 19 de marzo de 2012

Loneliness

Voy a presentarte a una chica.
La primera sensación que puede causarte es la de una chica corriente, sin preocupaciones, y a la que, aparentemente, todo le va bien. Aparentemente, pues esto no es así.
Realmente, ella es una chica descontenta consigo. Ha defraudado tanto a sus padres como a sí misma. La falta de confianza por parte de sus familiares más cercanos se ha convertido en su día a día.

Es como un castillo de arena. Uno construido en la orilla. Parece resistente, pero en cuanto las olas lo acarician o el viento le susurra, éste se desmorona, poco a poco, pero constante...

Sólo quiero que sepas que tienes que tener cuidado al hablar con ella.
Si le das cariño ella lo devolverá encantada, pues el afecto es algo que nunca niega y siempre necesita.

Se siente siempre sola, por mucha gente que haya a su alrededor. No se encuentra cómoda en ningún sitio. Tiene la sensación de no encajar en ninguna parte. Piensa que no es lo suficiente de nada para estar en ningún grupo.

Es una coctelera de emociones indefinidas, que no están formadas aún y ya quieren manifestarse.
Todas ellas bullen en ese recipiente que se esconde en su ser, desbordándose en su interior e inundándola por dentro. Tal cantidad ingente de emociones negativas no caben dentro de su diminuto cuerpo y han de salir, condensándose en pequeñas gotas que se deslizan por su tez, y van a desembocar a la almohada en la que su cabeza reposa. Silenciosa confidente que cada noche ha de aguantar el llanto que precede a sus deseos:
"Que no me despierte mañana" piensa antes de dormir. Y cada despertar es amargo, mezclado con el sabor salado de las lágrimas que aún se adivinan en sus facciones.

Así que ten cuidado con ella, porque el solo roce con palabras hirientes pueden destrozarla, como a un castillo de arena.

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