Otra hoja cae
en el inmenso lago del Otoño.
Un otoño que ya no es tuyo,
y sin embargo, aún lo ocupas.
Diciembre vino a informarme
otra vez
de que ya no está conmigo.
Y me sigo perdiendo en sus azules,
y en sus mares,
y en sus ríos.
El cruel Agosto me sedó
de calor, verano
y otros vicios.
Pero yo me sigo perdiendo
en su tacto verde,
sin motivo.
Y es ahora cuando
desde el pasado me llamas,
sin saberlo.
Y me sorprendo mirándome
en tus palabras.
Buscándome en un verso
que no debí leer.
Y es que aún lo recuerdo:
lo que me doliste ayer.
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