viernes, 6 de abril de 2012

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Tú, olor que me embriagas,
olor que quisiera encontrar en mis sábanas,
olor de terciopelo que espero en mi cama,
olor con el que quiero despertarme mañana.

Añoro esas noches en las que, de madrugada,
soñaba contigo, y tú me abrazabas.
Esas tardes en las que me susurrabas,
y, sin poder evitarlo, el tiempo se paraba.

Y ¿qué hago yo, si sólo me queda el recuerdo?
De ilusión dicen que se vive, pero eso no es cierto,
es tan sólo la excusa en la que se esconden los descontentos.



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